Pensaba deshacerme en elogios hacia los creadores de este monstruo llamado Freek! que cumple 50 números. Todos editados con tesón, perseverancia y honestidad, lo cual no es poco. Pero no lo voy a hacer.
Se ha cruzado otro ejemplo de voluntad y empeño, no tanto de virtud, que me ha desencajado la mandíbula: Bernard L. Madoff. Un prohombre hasta hace unos días, un criminal hoy y alguien a quien el futuro pondrá en su lugar como un genio en la venta de humo, alguien que ha forjado un castillo de naipes cimentado sobre la codicia de los demás. Esquema Ponzi llaman a ese fraude donde el que está en la cúspide teje una red de mentiras que atrapa a miles de incautos a los que más tarde chupa la sangre.
Yo, que soy dado a establecer analogías sencillas, comencé a cavilar sobre otra estafa altamente lucrativa que tras empacar un producto bastante volátil y con unos réditos reintegrados con poca certeza y manifiestamente tarde, no ha sido penado con la inquina con la que se ha crucificado al simpático señor Madoff. Quizás crucificado no sea el adjetivo más adecuado para el negocio en el que pienso, cuyo buque insignia es una figura clavada a dos maderos trabados. Ofrecen una plaza en el paraíso y tranquilidad de espíritu a aquél que entregue su alma, su libertad intelectual y su dinero. A todo este paquete de inversión subprime se lo denomina fe, un término aséptico que se vende bien.
Toda una caterva de predicadores endosa los productos de un líder invisible (en los dos últimos milenios) y obtienen lucrosos beneficios hasta de gobiernos como el nuestro, lo cual es escandaloso. Legalmente dudoso, supongo.
Algún día habrá una crisis de fe y alguien tendrá que responder devolviendo expectativas y falsas promesas. Y yo quiero estar ahí para verlo. Porque me voy a reír un montón.
Se ha cruzado otro ejemplo de voluntad y empeño, no tanto de virtud, que me ha desencajado la mandíbula: Bernard L. Madoff. Un prohombre hasta hace unos días, un criminal hoy y alguien a quien el futuro pondrá en su lugar como un genio en la venta de humo, alguien que ha forjado un castillo de naipes cimentado sobre la codicia de los demás. Esquema Ponzi llaman a ese fraude donde el que está en la cúspide teje una red de mentiras que atrapa a miles de incautos a los que más tarde chupa la sangre.
Yo, que soy dado a establecer analogías sencillas, comencé a cavilar sobre otra estafa altamente lucrativa que tras empacar un producto bastante volátil y con unos réditos reintegrados con poca certeza y manifiestamente tarde, no ha sido penado con la inquina con la que se ha crucificado al simpático señor Madoff. Quizás crucificado no sea el adjetivo más adecuado para el negocio en el que pienso, cuyo buque insignia es una figura clavada a dos maderos trabados. Ofrecen una plaza en el paraíso y tranquilidad de espíritu a aquél que entregue su alma, su libertad intelectual y su dinero. A todo este paquete de inversión subprime se lo denomina fe, un término aséptico que se vende bien.
Toda una caterva de predicadores endosa los productos de un líder invisible (en los dos últimos milenios) y obtienen lucrosos beneficios hasta de gobiernos como el nuestro, lo cual es escandaloso. Legalmente dudoso, supongo.
Algún día habrá una crisis de fe y alguien tendrá que responder devolviendo expectativas y falsas promesas. Y yo quiero estar ahí para verlo. Porque me voy a reír un montón.
Samuel, tienes que venir a Brasil y sentir lo que es cualquiera al despedirse de ti decir "Que dios te bendiga" o "Vaya con Dios" - ¡flipas! En sério, la realidad es que las quejas europeas acerca de las miiiiierdas imputadas por evangelicos, catolicos, y demás, no es nada comparado con la ignorancia concreta que se vive aqui. Bueno, quisiera decirte esto con humor pero como soy cristiana de crescimiento (NO de fé), no desarollé la vena humorística. Je je. Je je. UN BESO
ResponderEliminarSí, Teca, tengo que ir a Brasil pero para verte a ti, no para entrar en el análisis tonto de las religiones. Tanto tiempo hablando de algo así de tonto sería perder el tiempo cuando podemos hablar de otras cosas como por ejemplo la humedad.
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