miércoles, agosto 26, 2009

La Gripe A y el Agua B.

En el imaginario fantástico de nuestra cultura cristiana, apostólica y romana, un clérigo armado con un hisopo y salpicando agua bendita a diestro y siniestro es un arma tan mortal como un talibán al que le han colado un bocata de panceta. Ni un vampiro falto de hemoglobina se puede resistir a instrumento tan mortífero, plas y plas, agua y humo son todo uno, manos a la cara, grito desgarrado y el bicho se viene abajo. Y no digamos ya un espíritu poseído, al que con una ristra de latinajos y unas aspersiones litúrgicas a base de agua del Jordán se le expulsa al Innombrable en un abrir y cerrar de ojos. Digamos que el efecto del agua bendita se resume, en términos generales, en un toque divino y un poquito de puntería.
Lo que llama la atención es que, atendiendo a razones más terrenales y como consecuencia de la gripe A, los párrocos hayan decidido vaciar las piletas de las iglesias y dejarlas vacías en su sagrada concavidad, convirtiéndolas en tentadores recipientes que llaman a llenarlos de crispies y colacao.
Y yo me pregunto: si tan elevadas son sus propiedades, si acaban con los no vivos y ahuyentan a Belcebú ¿cómo es posible que no termine con un pequeño virus que además viene del gorrino? Ese entrañable animal que inspiró "Babe, el cerdito valiente" no puede ser peor que el ángel caído ¿En qué consiste la bendición del agua entonces? ¿En verterla en un cuenco de piedra vieja? ¿En quitarle el cloro y el sabor a cal? Eso lo hago yo comprándome una botella de Agua de Viladrau, señor.
El agua bendita, capaz de redimir pecados y de abrirte las puertas del cielo, no es lenitivo tan poderoso frente a un virus gripal. Lo cuál tampoco es paradójico, viniendo de quien viene, pues siempre ha sido lento el Todopoderoso en cuanto a actualizar sus métodos. Parece que Dios sólo se dio prisa en hacer la tierra y en crear al hombre. Por eso hizo el churro que hizo.
La coca cola, un producto más prosaico ha sabido adaptarse a los tiempos, y en tan solo cien años, y tras múltiples variantes, no sólo ha generado la bebida más popular del mundo (incluso más que la leche), sino que además, si atendemos a los spots publicitarios, también ha generado un life style mucho menos tenebroso que el ofrecido por los de la sotana.
Lo gracioso es que su respuesta a este problema será la misma que habitualmente: la coca cola tampoco salva y la gripe te matará, pero en el cielo te esperamos con los brazos abiertos. Mientras tanto, echa al cepillo y pretende que en esta pileta hay agua. Tampoco es un salto tan grande si uno es capaz de creer que Dios está en todos sitios y aún no se ha contagiado por el dichoso virus.

3 comentarios:

  1. El agua bendita sólo quita el pecado original, ese con el que todos nacemos. Fuera de eso, no creo que sirva ni para lavarse los dientes.

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  2. El agua bendita nos trae el recuerdo de Cristo, que es el Agua Viva que calma nuestra sed de Dios y que por medio del bautismo, es signo de bendicion salvadora.

    Por eso podemos utilizar el agua bendecida parta invocar la protección de Jesús sobre nosotros y renovar el deseo de seguir perteneciendo a El, ya que por el bautismo fuimos hechos hermanos suyos, hijos del Padre.

    ¿Qué hacemos con el agua bendita?1-cuando nos levantamos o nos acostamos hacemos la señal de la cruz con ella
    ¿Cómo lo hacemos?

    Al levantarnos: haciéndonos una cruz en la frente con el dedo mojado en agua bendita decimos:

    Dios, bendíceme para que en este día que comienza, todo lo haga con tu protección. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.Puedes rezar además Padre nuestro, Ave María y Gloria u otras palabras que salgan sinceramente de tu corazón pidiendo a Dios su protección.

    Por la noche al acostarnos: haciéndonos una cruz el afrente con el dedo mojado en agua bendita decimos:

    Señor, guárdame, pretéjeme, durante esta noche que tus ángeles me cuiden, para que mañana pueda levantarme sano y salvo. Puedes rezar también: Padre nuestro, Ave María y Gloria. O alguna oración al ángel de la Guarda.

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  3. Las duchas y grifos del Vaticano echan agua bendita. Uno hace caca y tira de la cadena y... agua bendita que limpia los pecados de la carne.

    Sabe a rayos, es sí. Es como el agua destilada que se le pone al motor.

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